La obesidad en España está
alcanzando cifras cada vez más preocupantes situándose a la cabeza con respecto
al resto de países Europeos: dos de cada tres hombres españoles tienen sobrepeso y una de cada seis personas
padece obesidad. En los jóvenes también es preocupante la situación pues uno de
cada tres niños de edades comprendidas entre los 13 y 14 años tiene sobrepeso.
Como ya se ha citado en innumerables ocasiones, la obesidad disminuye
la calidad de vida, aumenta el riesgo de padecer enfermedades como diabetes,
hipertensión arterial, neoplasias... y otros muchos trastornos.
Ante esta situación, los profesionales sanitarios tenemos la responsabilidad
de implementar medidas para la
prevención y tratamiento de la obesidad teniendo en cuenta la multitud de factores que concurren para
el desarrollo de esta enfermedad:
- factores no modificables sobre los que no hay posibilidad de actuación (genético-hereditarios), y
- otros modificables (alimentación, actividad física, ejercicio, lactancia materna, estilo de vida, etc.) en los que debemos centrar nuestros esfuerzos.Como consecuencia, el tratamiento y prevención debe abordarse de forma integral con diferentes estrategias sin limitarse a un único enfoque pero donde la dieta constituye un pilar fundamental.Numerosos datos han revelado que en los últimos 40 años los patrones de alimentación en España se han desviado progresivamente de una dieta saludable y el perfil de actividad del español se ha vuelto mayormente “sedentario”.La sustitución de los alimentos tradicionales (la fruta de postre, por ejemplo, por postres lácteos o confitería) acarrea la transformación de nuestra aconsejable dieta mediterránea en dieta en otra muy cercana, peligrosamente cercana, a la dieta anglosajona. Las nuevas tecnologías, además, han dado lugar a tendencias de “ocio pasivo”.Si se tiene en cuenta que las causas fundamentales de la actual pandemia de obesidad son, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los estilos de vida sedentarios y las dietas con alto contenido en grasa, el ejercicio debe ser un componente importante en los programas de pérdida de peso como coadyuvante de una dieta hipocalórica personalizada y equilibrada.Además, junto a la dieta de elaboración personal, se están integrando de forma creciente en el tratamiento del paciente obeso las “dietas fórmula” como sustitución de alguna de las comidas. Este planteamiento dietético, que combina dietas fórmula con las comidas habituales, puede que ayude a mejorar los resultados del tratamiento dietético tradicional y abre un nuevo panorama todavía no bien desarrollado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario